Probablemente el momento de entrar a una mujer sea uno de los momentos más duros y desconcertantes de toda la seducción. Las dudas de que decir, de como hacerlo, de si vamos a ser rechazados, de si vamos a recibir algún corte y quedar en ridículo, si nos vamos a quedar en blanco o si tiene novio nos invaden. Con unas sencillas pautas, todo será más fácil.
Es esto mismo lo que lo hace tan complicado, tu corazón está mas acelerado de lo normal, tu mirada perdida, tus manos sudorosas, tu mente en blanco y hasta es posible que esboces un pequeño tartamudeo. Así que lo primero que tienes que hacer al acercarte a una mujer es aplacar (en la medida de lo posible) todos esos nervios.
Aprende a sobrellevar los nervios
¿Cómo? Lamentablemente he de decirte que esto no es nada fácil, podríamos decir que es como el primer momento de meterte en la playa, los primeros segundos lo pasarás mal, pero después disfrutarás como un enano, al día siguiente se repetirá lo mismo y así día tras día. Así que lo mejor será que te habitúes a esa sensación y aprendas a sobrellevarla.
La técnica más usada (y más errada) para calmarnos es la de tirar de alcohol para quitarnos esa vergüenza y ese temor, disminuyendo así nuestras facultades y corriendo el riesgo de quedar ante nuestro objetivo como otro patético borracho más. En lugar de esto, sería mucho más efectivo que aprendiéramos a admitir que no les vamos a gustar a todas, eso sí, sabiendo que siempre le vamos a gustar a alguna.
Cuando seducimos (o lo intentamos) a una mujer, tendemos a pensar que ella nos está haciendo un favor al hablar con nosotros olvidándonos de que somos nosotros los que le estamos ofreciendo una conversación agradable, preocupándonos por ella, dedicándole toda nuestra atención e invitándole a unas copas (¡no!,¡eso no!). Por lo tanto, si en algún momento ella decide que no quiere hablar más contigo, será ella la que te pierda a ti y no al contrario.
Espero que se note la diferencia, con esa mentalidad pues, tendrás dos grandes ventajas por un lado perderás el miedo al fracaso (recuerda que son ellas las que pierden) y por el otro evitarás quedar como un pesado.
En una discoteca hay muchísimas mujeres y si no le interesas a una por muy pesado y borrico que te pongas no le vas a interesar, sin embargo puede que a le que hubieras gustado esté observando lo patético que eres intentado mantener a flote un cortejo que hace aguas por todos lados, si eso sucede, la perderás también.
No le vas a gustar a todas
Y es que, por muy bien que hagamos las cosas, tenemos que ser realistas, a no ser que seamos Beckam o Geoge Clooney no les vamos a gustar a todas, es más, según dicen únicamente les vamos a gustar a un 30% de todas las mujeres con las que interactuemos. De todas maneras si los nervios siguen estando ahí, es normal y con la práctica (la seducción es como cualquier otro juego) seguro que los acabas controlando.
Aun así, te daré un truco infalible, ¿que haces para que no te sepa fría el agua del mar? ¡darte una ducha con agua todavía mas fría!. Pues ahí tienes la solución, puedes jugar a recoger calabazas en el primer momento de la noche, así ten por seguro que perderás el miedo al fracaso.
Durante media hora, por ejemplo, platéate con tus amigos el “entrar” al mayor número de mujeres posible con una frase, loca, atrevida, directa, graciosa, la que se te ocurra, pero que sepas que lo más probable es que acabe con un rechazo monumental. Eso sí, tened cuidado no vaya a ser que acabe con un tortazo o con una paliza de su novio.
Se observador
Pero por mucho que queramos, cada “rechazo” mina un poco nuestro ego, así que lo mejor para evitarlos es una vez más, la observación, observa detenidamente a la mujer que te interesa e intenta percatarte de cual pequeña invitación, una mirada más larga de lo normal, juega con su pelo, con sus anillos… (recordadme que tengo un post pendiente acerca de esto).
Flirtear es el arte de hacer caer a una mujer en tus brazos sin caer tú en sus manos. Sacha Guitry
Hazle reír
Después de toda la pesada teoría llega lo divertido, el flirteo. La mejor manera es convertirlo en un juego con todas las letras. Se genuinamente divertido, haz bromas que hacías cuando eras niño, juegos de palabras, chistes (sin pasarse y con buen gusto, por favor), no te lo tomes en serio, que tu único fin sea el divertirte y no el acabar con ella en la cama (eso vendrá mas adelante).
Estamos hartos de leer entrevistas de mujeres a las que cuando se le pregunta ¿cómo se te conquista? Ella responde con la famosa frase de: “Lo importante es que me haga reír”. Aunque sepamos que no es del todo cierto, algo de razón deben de tener ¿no?.
Con esto creo que queda claro cómo se debe afrontar el “abordaje”, me reservo una segunda parte para intentar dar unas pequeñas pautas para guiar la conversación por el camino correcto.
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