Para qué nos vamos a engañar, la mayoría de nosotros (y puede también que de ellas) cuando ligamos lo hacemos con un fin concreto, el de acabar acostándonos con ella. Y es así desde que el hombre es hombre, al fin y al cabo el cortejo en el resto de animales es un mero trámite para llegar a la reproducción.
Lamentablemente los seres humanos hemos evolucionado demasiado y ya no nos sirve un baile ritual o el grito de urogallo para conquistar a nuestra hembra, tampoco necesitamos (ni deseamos) reproducirnos, con intentarlo (cuantas más veces, mejor) nos basta.
Pero a la dichosa evolución no solo le ha bastado con privarnos de un “ligue mecánico” sino que además nos ha puesto un montón de chinitas en nuestro camino en forma de prejuicios. Y estos van a ser tus mayores enemigos, además te vendrán de todas formas, colores y sabores.
Me da la impresión de que en España todavía nos faltan un par de generaciones para liberarnos sexualmente y si los hombres estamos mal, las mujeres están todavía peor.
Desde sus padres hasta sus mejores amigas, pasando por la televisión, el cine o hasta por su propia naturaleza (primitivamente esa relación le conllevaría 9 meses de embarazo, un parto, y unos 15 años de mantener a su cría, por lo que tenían que estar seguras de que el hombre con el que se reproducían permanecería cuidándola el resto se su vida) están diciendo que el sexo solo es bueno si lo practican con el amor de su vida.
“El amor de tu vida”, si nos detenemos a examinar esta expresión nos daremos cuenta que por si misma implica que solo puede haber uno. Así que para romper esa barrera nos quedan tres opciones: convertirnos en un falso amor de su vida (si fuera verdadero no tendríamos que convertirnos), convencerla de que dichos prejuicios son equivocados o hacer que se olvide de ellos.
La primera la eliminaremos, por inmoral y por el daño que puede ocasionar, así que nos quedamos con las otras dos, si logramos sumando las dos últimas opciones logramos un 100% ya estará todo hecho. Eso sí el camino va a ser largo y complicado, así que paciencia y a no desesperar.
Para convencerla de que esos prejuicios son equivocados primero tienes que estar tú convencido. Después pensar el porqué y exponérselo de una manera sutil o no tan sutil, he tenido muchos y muy entretenidos debates (en los que no siempre he ganado) sobre esto. Pero esto es demasiado personal como para explicarlo, así que pasemos a la tercera opción: hacer que se olvide de los prejuicios.
Esta parte es mucho más práctica. Básicamente tenemos que hacerla sentir tan bien con nosotros que no quiera estar con nadie más. Si en la primera parte “del juego”, hemos sido graciosos, interesantes, misteriosos y algo lejanos. Ahora tenemos que hacerle ver que ella está consiguiendo lo que quería y cada vez nos abrimos más.
** Un apunte: me acabo de dar cuenta que después de la cantidad de post que llevo escritos sobre el tema de ligoteo, todavía no había dicho cual era el pilar básico en el que se basa todo el juego. No es otro más que el de hacerle creer que ella la que está intentando ligar contigo y no al contrario. Para ello debemos hacerle dudar, interesarse por nosotros y no dárselo todo hecho.
Sigamos, como decía, en la última parte del juego nuestra actitud tiene que haber cambiado radicalmente, ahora tenemos que ser románticos, protectores, mostrando un interés único hacia ella, haciéndola sentir especial y segura, por supuesto manteniendo un punto juguetón, seguro y sin dejar de ser nosotros los seducidos y no al contrario.
Ahora bien, tienes que tener claro donde desarrollas todo esto. Si se trata de una segunda cita, lo puedes hacer en cualquier momento y lugar siempre que sea relajado y tranquilo, sin embargo si se trata de un ligue de una noche, deberás tener en cuenta algunas cosas.
Para empezar, situémonos en el momento del juego en el que nos encontramos, podríamos decir que ya la hemos seducido y sabemos que realmente se siente atraída por nosotros, el contacto físico es muy abundante (nos cogemos de las manos, de la cintura, caricias en la mejilla, incluso puede que haya habido un beso).
Es en este punto (si no es que a aparecido antes) cuando entra en escena la amiga murciélago el enemigo público de los ligues de una noche y que hará todo lo posible por arruinaros la noche. Realmente las odio con todas mis fuerzas, si aparecen es muy probable que consigan sus objetivos y os jodan la noche. (prometo hacer un post explicativo de cómo evitarlas próximamente)
Lo mejor es que una vez eliminada la amiga murciélago, te apartes del resto de amigos y se vayan solos a otro bar, a otra zona, a la calle… da igual. Lo único que tienes que tener en cuenta es que cuanto más íntimo sea más fácil te será escalar mediante caricias, pero tampoco tiene que ser un sitio que se note en exceso cuales son tus intenciones, seguro que mientras lees se te han ocurrido un millón de sitios.
Es muy importante que la separes del grupo de amigas, una vez esté sola, será mucho más fácil convencerla de que te acompañe a casa, si te cuesta apartarla del resto hazlo en dos fases, primero pídele que te acompañe a pedir a la barra, por ejemplo, y una vez ahí besarle y dile que quieres ir a un sitio más tranquilo.
A no ser que veas la cosa muy clara, no le digas directamente de ir a tu casa ya que puede resultar demasiado violento y es probable que diga “NO” y ahí acabe tu noche. Mejor que gastes un poco de tiempo en un sitio “neutral” donde ambos os sintáis bien. A partir de ahora, llega la mejor parte, desde aquí hasta que esté desnuda en tu cama (en realidad sería mejor que le sigas excitando hasta que ambos estéis al menos en la ducha), de lo único que te tienes que preocupar es de excitarla lo máximo posible.
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